
-Supongamos que tiene un cliente que usted sabe que es culpable.
-No, no empecemos con eso. A nuestro sistema judicial no le importa y a mí tampoco. Todo acusado, haya hecho lo que haya hecho, tiene derecho a la mejor defensa que su abogado le pueda proporcionar.
-¿Y de qué le sirve a usted la verdad?
-¿La verdad?¿A qué se refiere?
-No puedo referirme más que a una cosa.
-¿Cree que sólo hay una verdad?¿Cuál es la auténtica? Para mí solamente hay una: mi versión de la verdad, la que yo genero en las mentes de esos doce hombres y mujeres del jurado. ¿Que prefiere llamarlo de otra manera? Por ejemplo, apariencia de verdad. Eso es cosa suya.
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