lunes, 10 de agosto de 2009
Uno de los nuestros
Para nosotros vivir de otra manera era impensable, la gente honrada que se mataba en trabajos de mierda por unos sueldos de miseria, que iba a trabajar en metro cada día y pagaba sus facturas estaba muerta, eran unos gilipollas, no tenían agallas. Si nosotros queríamos algo lo cogiamos y si alguien se quejaba dos veces le dábamos tal paliza que jamás volvía a quejarse, era una simple rutina ni siquiera lo pensábamos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario