martes, 30 de diciembre de 2008

Los santos inocentes


- Tendrás que aguantarte Paco, te voy a hacer daño.
- Manolo, ¿no podrías ingeniártelas para que el 22 pudiera valerse?
- El 22 es pasado mañana como quien dice Iván, y este hombre deberá estar por lo menos 45 días con el yeso puesto. Con suerte en 10 días podrá moverse por dentro de su casa ayudado por bastones.
- Créame que más lo siento yo, señorito Iván.


- Paco muévete, coño, que pareces un paralítico.
- Qué fácil se dice... señorito Iván.
- ¡Pero es que el 22 está encima!
-¿Y qué vamos a hacerle? Más lo siento yo, señorito Iván.
- "Más lo siento yo, más lo siento", mentira podrida Paco, el hombre es voluntad, coño. Has de esforzarte, aunque te duela. Si no lo haces te quedarás paralítico... ¿me oyes?
-AAAh!!, es que apoyo el pie y es como si me lo rebanaran con un serrucho, no vea el dolor, señorito Iván.
-Tienes que echarle cojones, Paco. El 22 tienes que estar conmigo, en el puesto.
- No creo que pueda, senorito Iván.
- Pero claro que sí hombre, tienes que esforzarte, caminar... vamos...


(el día 22 en la cacería)

- Ve por ella.
-... Ay!!, ay señorito Iván, que me he vuelto a tronzar el hueso, que le sentido.
-¿Qué te pasa ahora, Paco, coño?
- La pierna, señorito.
- Ya es mucha mariconería esto, ¿no te parece?
- Ay señorito... yo lo siento más, se me ha vuelto a tronzar el hueso.
- Intenta levantarte.
- Bien quisira señorito pero me se ha vuelto a tronzar el hueso.
-Ya podrías poner más cuidado, ¡5 pájaros me lleva el ministro!
- ¡Duele mucho señorito!
- Ahora te arrima aquel pa' acá, deja de gimotear...

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